Desatada la pandemia vemos que no basta una sino que se necesitan dos vacunas. Y en eso se está trabajando. En estos momentos, la ciencia médica se encuentra afanada en buscar una vacuna o un antídoto contra el COVID-19. Esto llevará de 12 a 18 meses para obtener algunos resultados positivos. Sin embargo, hay otra vacuna que la población está buscando. Quieren vacunarse contra el miedo. Se lucha por encontrar una vacuna o un antídoto contra el temor. Y, ya existen dos alternativas.
Están circulando dos vacunas
Actualmente, la gente se está inyectando una de estas dos vacunas: El Humanismo o El Teísmo. La vacuna llamada Humanismo, te dice: “Saldremos de esto, podemos vencer al virus, los seres humanos hemos vencido peores cosas. Si nos proponemos podemos lograrlo”. La otra vacuna, el Teísmo, nos insta: “Necesitamos la ayuda de Dios, podemos salir airosos de esta lucha si a nuestro modesto esfuerzo humano le sumamos el gran poder divino”. Dos vacunas para aplacar el temor humano. Dos maneras de afrontar la vida y sus crisis.
Gobernantes que se han aplicado la vacuna «H»
Pero no son solo las grandes masas las que se están aplicando y probando si estas vacunas son eficaces. También los gobernantes de las naciones se la están administrando. Algunos han optado por el Humanismo que cree que el talante humano todo lo puede. Allí está el presidente mexicano, Manuel López Obrador, diciéndole a su pueblo a que echen mano del estereotipo del macho mexicano, capaz de aguantar y superar cualquier cosa. “Los mexicanos, por nuestras culturas, somos muy resistentes a todas las calamidades. Siempre hemos salido adelante. Nuestro pueblo es poseedor, heredero de culturas milenarias, de grandes civilizaciones, y en eso estriba nuestra fortaleza”, ha dicho.
En esa misma línea se encuentra Bolsonaro, mandatario de Brasil quien le dice a los 210 millones de brasileños que no hagan caso de la OMS. Que incita a su pueblo a circular libremente en plena pandemia y que pueden superar esta crisis fácilmente ya que se trata de un “gripecita”. Bolsonaro y López Obrador, eligieron inocularse el germen del Humanismo. Menos mal que ese camino del antropocentrismo solo ha sido tomado por una minoría de gobernantes.
Gobernantes que se han aplicado la vacuna «T»
Los ejemplos sobre aquellos que han tomado el camino de poner a Dios en el centro, para superar esta crisis son mayoritarios. Eligiendo el antídoto del Teísmo para alejar el miedo, tenemos al presidente de Paraguay, Mario Abdo, declarando: “Tengo fe en Dios, en su poder y en su misericordia. Y, en estos momentos, en donde más anhelamos su Presencia en nuestras vidas. Creo que con su gracia vamos a salir victoriosos. Esta pelea la vamos a dar juntos”.
Esa misma vacuna contra el temor la ha tomado el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo (un ganadero que sabe de la importancia de dirigir un rebaño): “A mí se me ha pasado decir algo, que debía haber sido el número uno: esto es tan grande que el esfuerzo que hagamos nosotros no será suficiente, requerimos esa fuerza interna de un Dios. Háblele a Dios y dígale: Necesitamos tu ayuda. Sin tu ayuda, será imposible vencer a este enemigo”.
Está también, el único jefe de estado y de gobierno en el mundo que utiliza muletas para movilizarse, debido a una esclerosis múltiple, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, invitando a su pueblo a un día de ayuno y oración para enfrentar la tribulación. Y claro, en esta lista de gobernantes que han elegido vacunarse con el Teísmo, no se podría dejar de mencionar al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, hijo de padre musulmán y madre cristiana, haciendo una petición: “Quiero pedirles a todos que oremos y le pidamos a Dios que nos ayude a sobreponernos a esta enfermedad, que salve a la mayoría. Estoy seguro que con la ayuda de Dios vamos a salir adelante».
Un himno engañoso
Cada quien elige alguna de estas dos vacunas para administrársela, para vencer esos miedos que muestran sus cabezas monstruosas y nos amilanan: El Teísmo o el Humanismo. Mientras tanto en diversos dispositivos sigue sonando con fuerza la canción “Resistiré”. Casi se ha convertido en un himno en medio de esta pandemia. Pero, contiene un mensaje que no es verdad. No es cierto que resistiremos “erguidos frente a todo”. La vida se encarga de mostrarnos que hay luchas en las cuales tenemos que inclinar la cabeza con humildad y reconocernos que somos seres limitados y que muchas cosas escapan de nuestro control. Tampoco es cierto que en algún momento nos volveremos “de hierro y jamás nos rendiremos”. La vida se encarga de mostrarnos que somos finitos, vulnerables y limitados.
El antídoto eficaz
Es mejor descansar en la creencia en un Dios que nos guarda del mal, que está al control de todo y por tal motivo podemos decir: “en paz me acostaré y asimismo dormiré porque solo tú, Oh Señor, me haces vivir confiado” Salmo 4: 8. Es el antídoto que ha probado su gran eficacia a lo largo de la historia humana.