¿Escuchas la misma canción?

- Si siempre has venido escuchando, como una canción monótona, frases como estas: «Tienes que ser un médico como tu padre», «Tienes que seguir los pasos de tu tío fulano», «Tienes que ser educador como tu abuelo Ferencejo» o «Tienes que proseguir la tradición de la familia”, lo lamentamos.
- Es lamentable porque lo más probable es que cedas ante tanta insistencia y presión de tu entorno.
- El final de todo este bombardeo de frases es que posiblemente termines estudiando algo que satisfaga el gusto de los demás y no hagas caso de tus propias inclinaciones hacia una profesión.
Escuchando otras voces autorizadas

- La regla general, sabia y mejor documentada, es que al elegir estudiar una carrera lo hagas inducido por tus aptitudes, tus habilidades y tu personalidad.
- Estas cosas sí que tienen una relación muy estrecha con la carrera profesional que elijas y con el éxito y la satisfacción que tengas.
- Por más que la familia lo anhele, no es recomendable estudiar la carrera que ellos imaginaron, cuando tú no tienes las aptitudes ni la vocación necesaria para dicha profesión.
Los hijos no son una prolongación

- No es recomendable seguir la misma carrera de sus padres si es que ellos fueron los que decidieron cuál era la profesión que más te convenía.
- A veces los padres, de manera consciente o inconsciente, lo que tratan de hacer es prolongar en sus hijos lo que ellos han logrado en la vida.
- Definitivamente, los padres siempre desean lo mejor para sus hijos, pero existe el peligro que llevados por ese deseo impongan a sus hijos algo que ellos han planificado para que sea feliz.
- Obviamente, cualquiera cosa que venga por la imposición o por la presión, jamás será motivo de felicidad para ninguna persona
Sí, pero con tres condiciones

- De otro lado, sí es recomendable que el hijo siga la carrera de sus padres si es que se cumplen tres condiciones: la influencia positiva, la vocación y las habilidades
- Si el joven elige la misma carrera de uno de sus padres, porque se ha visto influenciado y atraído por esa profesión, entonces esto es recomendable.
- Asimismo, si a esta atracción se le suma la vocación, la inclinación que tiene el joven por la carrera de uno de sus progenitores, entonces este es un argumento más a favor.
- Finalmente, si a esa influencia positiva que ha recibido, más la vocación que posee, se le añade las capacidades y aptitudes que tiene el joven para dicha carrera profesional, entonces ya hay elementos de peso para emprender tal desafío académico.
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