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El mar peruano, un estribillo musical y Christopher

Ya no cabe ninguna duda de que la música tiene una gran influencia sobre nosotros. Y dentro de esa influencia se encuentra su poder de recordación. En la década de 1970, el autor de estas líneas era un niño de 8 años. Por ese entonces una emisora radial, hacía sonar insistentemente una canción cuyo estribillo no se ha podido borrar de mi hipocampo. Era una canción que muchos años después me enteraría que fue escrita por Osvaldo Farrés y cuyo mensaje central afirmaba que: “en el mar la vida es más sabrosa”. Este estribillo no solo resultó ser pegajoso sino que, en lo particular, a mí me condujo a una somera investigación: ¿Qué beneficios puede aportar el mar peruano a nuestra vida?

Experiencias singulares en el mar

Empecemos señalando que hay todo tipo de “experiencias marinas”. Experiencias positivas y negativas. Allí está, por ejemplo, Christopher Hartley, que tenía 18 años cuando hizo la promesa de nunca más bañarse en una playa. Este joven, de fuertes convicciones religiosas, tomó esta decisión luego de conocer a Teresa de Calcuta. Lo hizo como un gesto solidario con los pobres que jamás habían podido experimentar el placer de sumergirse en las frescas aguas marinas. A Christopher, el mar le producía un gran sinsabor.

Pero, también está la experiencia de mi padre. Hace unos 40 años,  la praxis de la medicina era de otra manera,  el mar peruano era otro y el entorno ambiental también. Mi padre enfermó seriamente de los bronquios y un médico octogenario le recomendó ir a la playa. Tuvo que respirar de aquella brisa marina y disfrutar de ese bienestar.

El mar peruano y sus desafíos

El litoral peruano es variopinto. Para un habitante de la ciudad de Lima, actualmente, resulta muy difícil descubrir las bondades del mar. DIGESA, afirma que solo 22 playas son saludables mientras que 44 ponen en riesgo la salud de los bañistas. Esta es la realidad. Para comprobar si la vida en el mar es más sabrosa tendríamos que escaparnos a alguna playa que se encuentre lejos de toda esta polución. (¡Allá vamos, Punta Sal!). Así nos evitaríamos coger alguna enfermedad enterocolítica o dérmica.

No es solo bañarse en el litoral peruano

Bueno, es necesario reiterar que uno de los placeres que nos ofrece el mar no se encuentra exclusivamente en la oportunidad de sumergirnos en él. Hay placer en la oportunidad de contemplarlo y escucharlo. Contemplarlo es importante porque ya sabemos la influencia que tienen sobre nosotros los colores de nuestro entorno. Existen destacadas investigaciones respecto a esto. Se ha escrito bastante sobre la psicología del color y sabemos del gran beneficio que nos reporta. Sabemos, por ejemplo, que el color verde de la vegetación. Nos aporta sensaciones de serenidad y armonía. Teóricamente el verde no es un color primario (porque se obtiene mezclando azul y amarillo). Pero, en el sentido psicológico sí se le considera un color primario.

Sin embargo, en un estudio realizado se ha encontrado que el ánimo de las personas aumenta más cuando se le muestra un ambiente azul. Diversos estudios muestran que los que viven cerca del mar son más felices que los que lo hacen tierra adentro.

¿Estamos perdiéndonos de algo?

Por eso, no sería una casualidad que el 60% de la población mundial haya decidido vivir en zonas costeras. Alemania, Suiza y otros países más, se están preguntando: ¿nos estamos perdiendo la oportunidad de tener mejor salud y estados de ánimo?

Todo parece apuntar que, efectivamente, aquella vieja canción de mi niñez estaba en lo correcto. «En el mar la vida es más sabrosa”. El azul del mar peruano. El rumor de las olas. Los graznidos de gaviotas, la brisa marina y la arena húmeda en los pies, influyen en nuestro bienestar.

En una clínica dental de Europa se invita a la gente a una experiencia de realidad virtual. En ese paseo virtual pueden caminar por media hora en un ambiente de playa. Esto lo hacen antes de que se sometan a un estresante tratamiento odontológico. ¿El objetivo?  Disminuir los niveles de estrés a fin de que pacientes y dentistas se encuentren más felices.

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