Es difícil para todos
El primer día de clases siempre es difícil para cualquier cachimbo. Y es que hay un contraste muy marcado entre la secundaria y la universidad. Se puede decir que este primer día, es el inicio y a la vez el fin de una época. Ya no más uniforme escolar, hay que olvidarse de los recreos, ya no más preguntas de tu madre: «¿a qué hora vas a hacer tu tarea?».
Ahora, en esta nueva época, surgen los nuevos amigos, nuevos profesores, nuevas aulas, nuevos métodos. Por todo ellos, es muy común tener cierto miedo o inseguridad el primer día de clases. La incertidumbre de dónde queda nuestra facultad o escuela, en dónde se está dando nuestra clase son, asimismo, otro factor de estrés.
Para librarte un poco de esas tensiones aquí te compartimos algunos tips para tomar en cuenta en tu primer día de clases.
Primer día de clases: el reconocimiento previo

Uno de los preparativos, para que el primer día de clases no esté lleno de sobresaltos, es que puedas visitar el campus universitario con anticipación. Darnos una vuelta por la universidad nos permitirá familiarizarnos con los pabellones, las aulas, los laboratorios, la biblioteca, el bazar, el comedor, etc.
Este reconocimiento previo de la infraestructura y de cómo están distribuidos los espacios son muy útiles porque nos van a evitar que este primer día de clases en la universidad sea como un «trago amargo». Por eso tenemos que planificar bien nuestro ingreso al campus y así el primer día, resulte en un día divertido y lleno de expectativas.
Recuerda que el mejor estado para el aprendizaje es estar relajado y sin tensiones que nos bloqueen.
Los preparativos: viejos y nuevos hábitos

Otro de los preparativos que tenemos que realizar tiene que ver con nuestros hábitos. El pasar de la etapa escolar al nivel universitario implica también que tengamos que hacer cambios en nuestro estilo de vida. Veamos un par de ejemplos. Si antes no era nuestra costumbre el preparar con anticipación (el día anterior) nuestra ropa, ahora esto resulta muy necesario. O, si por ejemplo, antes acostumbrábamos a dormir la siesta de la tarde, ahora tendremos que olvidarnos de ella.
Tal vez, también éramos de aquellas personas que trasnochábamos y nos quedábamos viendo la televisión hasta altas horas de la noche. Todo eso, será muy importante irlo desechando desde el primer día de clases. De lo que se trata aquí, como ya puedes notarlo, es de eliminar todos aquellos factores que son motivo de lo que se ha llamado el «estrés universitario».
Estar el primer día de clases con lucidez, con agilidad mental, con la mente despejada, no es producto de la buena suerte. Es el resultado de haber hecho los preparativos necesarios. Y lo más importante: que esos cambios que introducimos en nuestra vida, esas nuevas autodisciplinas, las mantengamos a lo largo de nuestra vida universitaria.
La buena actitud

Dentro de la lista de preparativos tiene que anotarse el tener una buena actitud desde un principio. Desde el primer día de clases. Cuando decimos «buena actitud» nos referimos a que debemos mostrarnos como personas sociables y siempre dispuestos a cultivar nuevas amistades. Que los demás capten esa cualidad de nuestro carácter nos abrirá muchas puertas para nuestra adaptación en la universidad.
Y esto traerá frutos positivos ya que, en la vida universitaria, será muy común realizar los trabajos en grupo. En la universidad nos tocará frecuentemente realizar trabajos con las personas menos pensadas del aula. Por tanto, el inicio de clases es un buen momento para empezar a establecer buenas relaciones con los demás.
Un lugar recurrente

Si dentro de los preparativos a realizar no tuviste tiempo de visitar la biblioteca, no regreses a tu casa sin haberla visitado en este primer día de clases. ¿Por qué es importante esto? Pues sencillamente porque de aquí en adelante, la biblioteca, será uno de los lugares más frecuentados por ti y por tus demás compañeros.
Aparte de que allí encontrarás todo el material que necesitas para desarrollar tus estudios, también es un lugar obligatorio ya que es el ambiente más provechoso para el estudio. La tranquilidad de una biblioteca no se compara con ningún otro ambiente del campus universitario. Allí podrás concentrarte a tu gusto y obtendrás mucho provecho de tu estudio.
Para ti será un lugar de refugio, sobre todo cuando llega el fin del ciclo y las cosas se pongan críticas. Las exposiciones, los trabajos finales, los exámenes, nos conducirán obligatoriamente a la biblioteca en busca de la información que necesitamos. Si desde el primer día de clases la conoces, la frecuentas y le sacas provecho, tendrás un gran apoyo para atravesar sin sobresaltos tu nueva vida universitaria.